Dejamos aquí algunos recortes de prensa de los principales periódicos de la ciudad,
DIARIO CORDOBA
Ese presente del Alcázar Viejo en pleno agosto
La Virgen de Acá dio más luz si cabe al barrio en un día que hizo justicia a la historia cofrade
Ese presente del Alcázar Viejo en pleno agosto –
La Virgen del Tránsito, quizá la devoción de cofradía de gloria más popular y de barrio de Córdoba hasta el extremo de que se le conozca por la Virgen de Acá , volvió ayer a iluminar el Alcázar Viejo, como viene haciendo desde al menos 1864, y extendió su alegría no solo al barrio, sino también al entorno de la Mezquita–Catedral, como ya se decidió en el 2008 con el primer recorrido anual que traspasó los muros del histórico barrio.
Desde el punto de vista popular, la procesión volvió a ser una fiesta para el Alcázar Viejo que congregó a vecinos, exvecinos que hacen piña con su barrio de origen (un ejemplo es que las dos hermandades del barrio, la del Tránsito y la de Pasión, tienen más hermanos del barrio inscritos que vecinos hay actualmente) y, en general, del resto de Córdoba, incluidos muchos sorprendidos turistas de los que cada vez hay más en agosto.
Sobre el aspecto formal, la bajada de las temperaturas de estos días (ya era hora) permitió disfrutar de la procesión y el aroma a nardos que volvió a acompañar al paso de la Virgen, con un itinerario modificado respecto a años anteriores para no coincidir con otro acto nocturno en la Catedral. Así, el cortejo, acompañado por la banda Tubamirum, se dirigió tras su salida al primer templo de la diócesis (en años anteriores se dejaba para el final de la procesión) para luego procesionar por el entorno y pasar bajo la Puerta del Puente de regreso al barrio. «La principal razón de la procesión es hacer estación de penitencia en la Catedral, ante el Santísimo», recordaba ya por la mañana el hermano mayor del Tránsito, Bonifacio Gómez, dejando clara la voluntad de la cofradía de gloria y su apuesta por un itinerario que incluye a la Catedral desde el 2013.
La jornada, además, permitió hacer un acto de justicia en el mundo cofrade cordobés con el hermanamiento formal, durante la misa matutina de la Hermandad del Tránsito y la de Pasión, dos entidades con la misma sede (la iglesia de La Paz), mismo espíritu y firme arraigo en el barrio. De hecho, la cofradía de Pasión nació en 1941 de la Hermandad del Tránsito. «Se trata de formalizar algo que era un hecho», decía Bonifacio Gómez recordando que la cofradía hija (ya hermana) está en plena celebración de su 75 aniversario. Solo una sombra en un día de tantas luces: el fallecimiento del que fue consiliario del Tránsito Manuel Rodríguez Rivilla, justo en el día de su querida Virgen de Acá.
EL DIA DE CORDOBA
Campanas de júbilo con la Virgen de Acá
La Hermandad del Tránsito pasea a su titular por el Casco Histórico de la ciudad Miles de cordobeses acuden al barrio del Alcázar Viejo
Sonaron las campanas y las puertas de la Iglesia de Nuestra Señora de la Paz se abrieron ante la expectante mirada de los asistentes. Por un momento se hizo el silencio, hasta que las mantillas comenzaron a salir para dejar paso a la procesión de la Virgen del Tránsito, conocida de forma popular como la Virgen de Acá. A las 20:00 apareció la Virgen recostada, a la vez que brotaba el sonido de trompetas y tambores. Una veintena de jóvenes, ataviados de celeste y azul marino hacían sonar la música mientras los costaleros mecían a la imagen. Fue la banda musical Cañete de las Torres Tubamirum la encargada de tocar la tradicional Marcha Real. El olor a incienso invadió el lugar y rememoró la atmósfera de la Semana Santa.
Los feligreses, cofrades y curiosos que acudieron a San Basilio escogieron sus mejores galas. Las mujeres se subieron a los tacones y los hombres lucieron camisa. Todos querían inmortalizar el momento, que no defraudó. Los móviles se alzaron como si de un concierto se tratara para captar la estampa religiosa. Aquellos echaban fotos, los otros grababan vídeos. Familias, personas mayores, jóvenes y niños. No hay edad. Tampoco nacionalidad. Hubo tanto vecinos cordobeses como turistas que buscaban adentrarse un poco en las tradiciones de la ciudad.
Desde primera hora de la tarde se respiraba un ambiente diferente. Era un día especial. La ciudad se vistió de gala y nadie quiso perderse esta tradicional festividad veraniega. El 15 de agosto está marcado en el calendario cordobés y así se hizo notar. El cuadro habitual de soledad reinante en las calles de la capital durante las tardes estivales se transformó en un paisaje de devotos y turistas que acudían a una de las tradiciones más asentadas de Córdoba. Las altas temperaturas que se vienen registrando este verano dieron tregua y regalaron a los feligreses una tarde para disfrutar. Las máximas se situaron alrededor de los 32 grados. Aún así, los abanicos fueron protagonistas del paisaje.
La Virgen hizo su recorrido habitual ante un pasillo de cordobeses y foráneos. «Si está la Policía es que la procesión pasa por aquí», susurraba una viandante que andaba un poco despistada. Las calles del barrio del Alcázar Viejo se llenaron en pocos minutos. Los vecinos se asomaban a sus ventanas y las terrazas de los bares lucían llenas. El paso, donde la Virgen descansa, recorrió las calles del Casco Histórico, junto a la orilla del Guadalquivir, antes de regresar a su templo. La imagen, cuyo origen se remonta al siglo XVII, es una talla barroca, realizada en madera, de autor desconocido y donada por los duques de Benamejí. La Virgen, con sus ojos entreabiertos y esbozando una media sonrisa, transmite a los asistentes una sensación de reposo, prometiendo que cumplirá sus ruegos.
Los tradicionales puestos de higos chumbos se ubicaron cerca del Arco de las Caballerizas para refrescar las gargantas de los que se animaron a comprar. La procesión de la Virgen de Acá se despidió hasta el año que viene de forma elegante. Anoche la Virgen lució por última vez en su brillante urna justo antes de subir al Reino de los Cielos para así cumplir con las peticiones de sus fieles creyentes.
ABC
Tránsito de vida eterna
La Virgen de Acá salió en procesión a la Catedral, donde sus hermanos rindieron culto al Altísimo
La Virgen del Tránsito en su procesión a la Catedral
Subió en cuerpo y alma a los cielos, gozando de la vida eterna sin haber perdido la terrenal. El Tránsito de María tuvo este sábado un nuevo capítulo de histórica devoción en Córdoba. Centenares de fieles arroparon ayer a Nuestra Señora del Tránsito en procesión en dirección al interior de la Santa Iglesia Catedral. Lo hizo en las últimas horas del día, cuando la noche llegaba y el calor se calmaba, en una jornada de devoción que se alargó hasta pasadas las doce de la noche.
El 15 de agosto es día de movimiento en la ciudad. Los hay que inician su periodo de vacaciones y los que regresan, de nuevo, al abrigo del aire acondicionado. Sea como fuere, una multitud de cofrades decidió este sábado por la noche perderse por las calles de Alcázar Viejo para reencontrarse, un año más, con la Virgen de Acá. Sin olor a azahar, cera en el suelo o aglomeraciones en cada esquina, pero con la convicción de presenciar a una de las imágenes que mayor devoción ha arrastrado históricamente.
El día de la Virgen del Tránsito comenzó a las 12 de la mañana, cuando tuvo lugar una Función Solemne en la parroquia de Nuestra Señora de la Paz de San Basilio. Una celebración que dio paso al acto de hermanamiento de las dos cofradías que residen en ese templo. Así, englobado en los actos por el 75 aniversario de lahermandad de Pasión, ambas corporaciones estrecharon lazos.
Horas después, la plaza que da a la parroquia de la Paz estuvo repleta de decenas de cofrades. Vecinos del barrio y fieles de todos los puntos de la ciudad que, a pesar de las fechas y las altas temperaturas, decidieron acompañar un año más a esta imagen de María de la Dormición. Algo pasadas las ocho de la tarde, el paso de la Virgen del Tránsito apareció en la entrada de su templo. Los sones de la banda de músicaTubamirum, de Cañete de las Torres, comenzaron a envolver al cortejo y a los presentes, que callaban en señal de respeto. María, preparada para su ascensión en cuerpo y alma a los cielos, retrasaba su marcha unas horas para dirigirse a la Catedral de Córdoba.
Adoración al Santísimo
El arco de caballerizas observó a la Virgen de Acá, que subió de forma pausada la calle que la alejaba de su casa y la acercaba al primer templo de la Diócesis. Avanzó por la calle Amador de los Ríos y continuó por Torrijos para encontrarse de frente con la Puerta del Perdón. Y es que este año, con motivo de la reforma de la puerta deSanta Catalina, la hermandad del Tránsito decidió variar su itinerario y acceder y salir del templo por la puerta principal de la Catedral, a diferencia de usar la puerta que ha estado utilizando estos dos últimos años para acceder al milenario recinto.
El cortejo se adentró sólo en al interior de la Catedral. Allí adoraron al Santísimo mientras una solista hermana de la cofradía entonaba el Ave María, en un instante de profunda emotividad exclusivo para los hermanos del Tránsito. Finalizado este acto, la Virgen de Acá salió de nuevo al Patio de los Naranjos cuando el sol ya había dado paso a la noche, y comenzó el camino de vuelta a San Basilio.
En su regreso, el conjunto brindó estampas únicas al pasar por algunas de las zonas más características del entorno de la Catedral, el Guadalquivir y el Casco Antiguo. El Puente Romano enmarcó una procesión que continuó por la Ribera, subió hasta el Alcázar y llegó, de nuevo, a su barrio. Allí, a eso de las doce de la noche, una multitud de vecinos contempló el paso de la Virgen del Tránsito que, iluminado, recorrió las calles de este histórico lugar. Finalizó así una semana de devoción hacia la imagen de María de la Dormición, que comenzó con solemne besapiés y tres días de cultos en su parroquia.